
“¿Qué quiere?”, preguntó el rey, reconociendo inmediatamente al visitante.
“Quisiera un lugar para dormir en esta posada”, contestó el maestro.
“Pero esta no es una posada”, dijo el rey, “es mi palacio”.
“¿Puedo preguntar quién era el dueño de este palacio antes de usted?”
“Mi padre. Él está muerto”.
“¿Y quien era el dueño antes de él?”.
“Mi abuelo. Él también está muerto”.
“¿Y este lugar en donde la gente vive por un corto tiempo y después se muda, acaso le oí decir que no es una posada?”
Tus aportaciones son agua fresca para cada día.
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ResponderEliminaraunque quedan pocos cuentos que traspasar...