Un guerrero japonés fue capturado y hecho prisionero por sus enemigos. Esa noche no podía dormir porque temía que al día siguiente lo interrogaran, torturan y ejecutaran. Entonces recordó las palabras de su maestro de Zen. “El mañana no es real. Es una ilusión. La única realidad es el hoy”. Prestando atención a estas palabras, el guerrero se tranquilizó y se durmió.
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Una gran verdad
ResponderEliminarMario Hernandez D